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Cuba en Sucesión

El dinero y la forma de utilizarlo (final)

El dinero y la forma de utilizarlo (final)

Utilizo la palabra ficticio, debido a que el PNN se mantuvo inalterable, incluso con las medidas económicas tomadas por los Estados Unidos en contra del régimen imperante en Cuba.

Como el régimen no tenía fondos con los cuales mantener estables los precios, se produjo una inflación (desaparecieron paulatinamente los productos de las tiendas) y en lugar de aplicarse una “política de choque” (por ser contraria y contraproducente a los postulados del própio régimen que se comenzaba a implantar en Cuba) se aplicó, de forma no muy consciente la política de “abastecimiento” (que no significa lo mismo que racionamiento).

La política de choque hubiera provocado el alza de los precios de los productos y el estancamiento del salario de los trabajadores.

¿De que hubieran servido los nuevos puestos de trabajo y sus remuneraciones económicas?

También pudiera haber provocado el despido masivo de trabajadores, en el momento que se estaban creando nuevos puestos de trabajo. Lo que hubiera sido, para el régimen, que Fidel Castro estaba tratando de implantar en esos momentos, no solamente incomprensible, sino catastrófico.

Al aplicarse la política de “abastecimiento” (totalmente nueva en Cuba), se estancaron los precios de los productos y surgió un nuevo fenómeno (para Cuba): “el exceso de circulante”, que originó el comentario de un cubano jocoso “somos los únicos muertos de hambre, en el mundo, que tenemos mucho dinero”.

Que el dinero circulante no retorne a las arcas del Estado y permanezca en los bolsillos del ciudadano, alimenta el mercado negro o subterráneo.

Es necesario dejar claro, que cuando se produce una inflación y se adopta el método de abastecimiento, ocurre una reacción en cadena contraria a los intereses del própio método, debido a que el dinero no nos puede asistir a valorar los productos a su justo precio.

¿De que sirve que me paguen en dinero?

No mentimos si decimos que por el método de la melcocha, las personas tienen “asignada” la misma cantidad de alimentos y vestuarios y que nadie se encuentra desamparado, pero no es menos cierto que de ésta forma las personas no hallan incentivo en el trabajo y llegan a volverse indolentes, ya que de todas formas, trabajen o no, al final van a recibir lo mismo que el que no trabaja.

De manera que podemos llegar a una situación en que el vago y el delincuente reciben más (en comparación) que el obrero consciente, puesto que estos elementos no tienen escrúpulos en dedicarse a la compra-venta en el mercado negro.

En una situación de inflación controlada por el método de abastecimiento, la moneda nacional llega a carecer totalmente de valor y, como las personas no confían en ella, nadie está dispuesto a cambiar la divisa, a la ridícula tasa de cambio impuesta por el gobierno. A no ser en las puertas de tiendas (llamadas de Recuperación de Divisas), donde se ofertan artículos al 270% de su precio de costo y el pueblo cubano se ve en la imperiosa necesidad de cambiar su salario (en moneda nacional 300 pesos) a la anárquica tasa de cambio de 25 por un dólar, para poder comprar artículos que el gobierno no es capaz de abastacer.

De mantenerse la libreta de abastecimiento el peso convertible (CUC) continuará devaluándose.

“En un sistema económico regido por el método de la melcocha, el turismo promueve el mercado negro”.

Para garantizar la estabilidad del dinero es necesario observar la “Ley de la Circulación del Dinero”, descubierta por Karl Marx.

La esencia de esta ley consiste en que en circulación no debe existir más cantidad de dinero que el necesario para el pago de las mercancías que en relidad existen, así como también los servicios.

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