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Cuba en Sucesión

La Crisis y el Totalitarismo en Cuba

La Crisis y el Totalitarismo en Cuba
No fue de
hoy para mañana que las entidades finacieras y los bancos
quebraron.

Hacía varios años que el precio del barril de petróleo venía
aumentando progresivamente, sin justificación económica alguna. Solo la
especulación de los grandes exportadores del oro negro era la responsable, como
responsable son los gobernantes de los países desarrollados, que no supieron
poner el parche antes que saliera el grano.

En Europa, por lo menos, no
hay colas de desempleados y mucho menos colas de hambrientos ni de enfermos. La
seguridad social ha sido capaz de capear el temporal (hasta el momento) de lo
que algunos gustan llamar “regulación de empleo”.

Tratemos de explicar lo
inexplicable:

En una economía de mercado, cuando la crisis se extiende
por todo el planeta y afecta decididamente a los países del llamdo tercer mundo,
la única forma (hasta ahora conocida) de resolver la situación es, aplicando una
“política de choque”, que no es más que reestructurar las empresas (de los
paises desarrollados), sean cuales fueren. Esto desgraciadamente lleva a las
reducciones de personal en los centros de trabajo y por ende, a la disminución
del poder adquisitivo de las personas (naturales y jurídicas). De ahí que
individualmente cada persona se ajuste el cinturon.

Lo anteriormente
expuesto es el inicio del descenso de los precios de los productos que
aumentaban de precio en la misma medida que subía el costo artificial del barril
de petróleo. No obstante, de no mantenerse estable el barril de petróleo (ya no
en 50 dólares que sería lo ideal) la economía mundial no logrará estabilizarse,
debido a que los precios de los productos se mantendran por las
nubes.

El precio del petróleo lo regula
todo.

Durante los últimos años, las casas financieras
concedían créditos bien fundamentados.

Lo que no podían prever
era la inestabilidad de los precios del petróleo y como iba a incidir
directamente en el precio de la energía, el transporte, el agua (se bombea
utilizando motores que consumen combustible) etc.

Llegó un momento en que
las personas (tanto naturales como jurídicas) se percataron que no iban a poder
amortizar los créditos que les habían sido otorgados y otras que se convirtieron
en morosas, trayendo aparejado la insolvencia de las casas de
crédito.

Las casas de crédito se nutren de los beneficios. Esto quiere
decir que las mismas no tienen nada que hacer con los negocios interruptos y
cuando los negocios que han recibido créditos no dan beneficios, las mismas
quiebran. Pero esto sucede cuando el mal es generalizado.

Las crisis
económicas provocan ansiedad desesperanza, desesperación y llegan a desembocar
en..., guerras.

Me parto de la risa cuando leo a
periodistas, que supuestamente deben saber de lo que escriben, o a políticos de
pacotilla al fente de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) atribuirle
la crisis al capital.

Soberano disparate. Es el capital lo que ha
conducido a los países desarrollados a su actual nivel de
vida.

Son precisamente los enemigos del capital los que provocan
la crisis. La pérdida de empleo y la disminución del bienestar no es más que la
regulación forzosa y necesaria para poder salir adelante.

Luego, al
político pacotillero se le ocurre decir que millones de seres humanos solo
encuentran la felicidad en las teleseries o las revistas del
corazón.

¿Será que la televisión y las revistas se pagan
solas?

¿No será que son esas mismas personas (en este caso naturales),
que han perdido el empleo, las casas, los seguros, aun tienen dinero para darse
esos lujos?

Lo peor es que los políticos de pacotilla solo saben
criticar, pero son incapaces de aportar tan siquiera una idea para salir de la
crisis.

Y no me es válida la variante totalitaria estalinista.

Un régimen totalitario se encuentra en crisis permanente, incapaz de luchar contra
el virus de la ineficiencia económica adquirida (VIEA) y muy capaz de desmanes
ecológicos en los Jardines del Rey y los Jardines de la Reina*. En fin, un
régimen totalitario es capaz de mantener a un país, en crisis económica
permanentemente.

La crisis actual afecta al desgobierno fidelista por
carácter adyacente. Vuelvo entonces a referirme a los precios del
petróleo.

Cuando los precios del barril cayeron a 50 dólares, la economía
venezolana se vió seriamente afectada. Es esa economía (ese petróleo) lo que
sustenta al régimen de oprobio fidelista. En la medida que la economía petrolera
de venezuela aumente o disminuya, así aumentará o disminuirá la economía
totalitaria fidelista.

Debemos reconocer que el régimen totalitario está
entrenado y conoce de contingencias y de crisis. En eso lleva 50 años. No quiere
esto decir que haya sido capaz de superarlas. La miseria del pueblo cubano es
una muestra fehaciente de la incapacidad del sistema.

Pero estos 50 años de opresión no han cercenado el deseo de vivir del pueblo cubano, de no querer que nuestros bisnietos hereden el deshonor y vivan sumidos en cadenas y oprobios. Queremos una nación próspera, donde el talento y la inteligencia se
encuentren al servicio de la población y no al servicio de una crápula
eternizada en el poder.

El único camino hacia la independencia económica
se logra empleando los recursos financieros en favor del pueblo y no hacia la
propaganda totalitaria. No podemos pensar, con mente estrecha, que lo que nos
hace falta sea una maleta de dólares, ni de un barquito chiquitico (que no podía
navegar**) que se encargue de traer garbanzos para palomas en lugar de granos
para alimentar a la población, cuando en nuestro país se pueden cultivar. Antes
de la catástrofe totalitaria Cuba era un país productor de
alimentos.

¿Que ha hecho el régimen de Fidel Castro durante estos 50
años? Acabar con la agricultura cubana mediante una falsa reforma agraria que en
lugar de repartir las tierras ociosas entre el campesinado necesitado, se
apropió de más del 75% de las tierras productivas.

¡Ojalá que los
llamados dirigentes del régimen aprendieran la necesidad de ahorrar y lo nefasto
del despilfarro al que aun no han renunciado y se niegan a renunciar!

Es hora de hacer valer los conceptos económicos. Llevamos 50 años desgobernados por gentes incapaces de garantizar una mínima seguridad financiera y nos encontramos inmersos en el sin futuro.

Fidel Castro (su hermano aun menos) jamás ha
querido implantar en Cuba el principio socialista “de cada cual según su
capacidad, a cada cual según su trabajo”.
Tenemos la desgracia de tener
once millones de sub-empleados mal remunerados que no quieren trabajar para el
desgobierno.

Mi país es el único del mundo que tiene agricultores sin
tierra para trabajar, mientras que el desgobierno las mantiene
ociosas.

El igualitarismo absurdo y ridículo que nos han impuesto
ha conducido a que el vago y el delincuente tengan los mismos derechos que los
trabajadores honestos.

* Cayos pertenecientes al archipiélago
cubano
** Fragmento de canción infantil

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